EN EL OBSTÁCULO ESTÁ LA PALANCA

1 de Mayo de 2025

 

 

Es evidente. La vida solo puede manifestar aquello en lo que creemos. Y las personas se comportan con nosotros de acuerdo a nuestras más profundas convicciones; a lo que pensamos y a las ideas que albergamos sobre ellas. Si aceptamos ver en cada ser humano la luz y la verdad que descansan en su interior, esas realidades emergerán. Este es el verdadero poder espiritual, capaz actuar sobre las circunstancias más adversas y de solucionar conflictos armoniosamente.

Como afirma Pierre Pradervand: 

     […] En cierto modo, cada uno de nosotros crea su propia realidad cada día, en cada instante, con su forma propia de percibir y de definir las cosas.

     Una amiga americana me dio otro ejemplo de la subjetividad fundamental de toda experiencia. Nos ilustra cómo una simple declaración de la verdad, mantenida con una convicción absoluta, puede transformar una situación extrema y aparentemente sin salida, y desembocar incluso en bendición del agresor.

     Una de sus amigas, joven, rubia y bonita, decidió atravesar el Central Park de Nueva York a media noche… y a pie. A nadie que esté en su sano juicio y conozca Nueva York se le ocurriría hacer algo parecido. Hasta los policías armados suelen ir por allí en coche o a caballo, y siempre de dos en dos. Pero aquella joven tenía esa fe tan fuerte y tan simple que traslada las montañas y, sobre todo, veía en cada persona a un hijo del Creador, fueran cuales fueran sus apariencias exteriores.

     En un momento dado, se produjo lo “inevitable”. En un recodo del camino se precipitó sobre ella un hombre que estaba escondido tras un arbusto, la arrojó violentamente al suelo y empezó a desgarrar sus vestidos con intenciones demasiado evidentes. Bloqueada por su agresor, la joven lo miró con aplomo y le repitió varias veces, con toda claridad y calma: “Tú eres hijo de Dios”. Totalmente impresionado y desconcertado, aquel individuo se marchó murmurando algo entre dientes. ¡Cabe preguntarse qué iría diciendo!

     Aquella joven quizá no había oído hablar nunca del arte de bendecir. Pero desarmar a un violador potencial con una simple afirmación de la verdad constituye ciertamente una de las bendiciones más poderosas y eficaces de que tengo referencia.

     ¿No será el amor incondicional el comportamiento normal y racional de quienes han integrado de verdad la idea de que el hombre y el universo es Uno? Si todo es expresión infinita de un Principio de amor infinito, como subrayan ciertos textos de la literatura mística de todos los tiempos, no puede haber separación por ningún lado”. (1)

Nosotros somos seres absolutamente luminosos. Incluso aunque muchos lo hayan olvidado. En nuestro interior hay una fuente inagotable de Amor y de bondad. Si reconocemos esa verdad en cada ser humano como la única realidad posible, y no damos fuerza a comportamientos contrarios a esta verdad, la conciencia espiritual de la persona se manifiesta. Y cuando esto sucede, solo lo mejor puede acaecer.

Me despido con una amorosa bendición.

Hasta el próximo día.


      1. Pradervand, Pierre,  El arte de Bendecir,  Ed. Sal Terrae,  Maliaño (Cantabria), 2022, págs. 72, 73.

        *El título procede de una afirmación de Satprem.

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Armonía Martín
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